miércoles, 28 de abril de 2010

República Dominicana Causas y consecuencias de la invasión norteamericana de 1965

El temor extremo al surgimiento de un fenómeno socio-político semejante al conocido por la sociedad cubana en el 1959, junto a la naturaleza agresora y expansionista del imperialismo, motivo en grado sustancial a la administración encabezada por Lyndon B. Johnson a ordenar el desembargo de la 82 División Aerotransportada y violar así, por segunda ocasión en el siglo XX, la soberanía y la integridad territorial de la nación dominicana.

Mas que nada, la invasión norteamericana buscaba preservar su dominio sobre nuestro suelo ; reforzar y ampliar los intereses de clases propios y de la reacción nativa y apuntalar la innominiosa condición neocolonial impuesta históricamente a la nación.

En la política global estadounidense, la derrota del movimiento insurgente dominicano se inscribía en una estrategia de desaliento, subyugación y derrota de otros ensayos liberadores en gestación y/o en desarrollo en el sub-continente.

Buscaban en las calles de Santo Domingo, a la vez que aniquilar el movimiento patriótico y antiimperialista criollo, reafirmar su superioridad política-militar frente a la insurgencia de Venezuela, Perú, Colombia y Brasil, para solo hacer mención de algunos casos en los que el destino de estos pueblos marchaba en la punta del fusil.

Además de abortar el mas genuino esfuerzo de nuestro pueblo por edificar su propia democracia y forjarse su propio destino, la decisión de los EE.UU. expresaba su inquebrantable voluntad de mantener bajo su esfera de influencia, control y explotación una región política, económica y geográficamente importante en su estrategia de dominación mundial, y en su dinámica de disputa y confrontación con la ex-Unión Soviética.

Considerados en esta perspectiva, los acontecimientos que tomaban curso en la capital de esa pequeña nación del Caribe adquirían una connotación internacional y sus resultados, de alguna manera, impactarían en la subjetividad del movimiento antiimperialista y de liberación nacional de nuestro sub-continente.

El poderío militar norteamericano, a pesar de la valentía y la determinación de lucha de nuestro pueblo, no solo impidió la reposición del gobierno democrático depuesto el 25 de septiembre de 1963, sino que marcaría y condicionaría el proceso de ’negociación’ que se desarrollo y que buscaba, tal y como lo logro, darle legitimidad a la acción emprendida por las tropas de ocupación agrupadas en la Fuerza Interamericana de Paz.

En ese marco, tenemos que valorar la instalación del gobierno provisional encabezado por Héctor García Godoy. Esta provisionalidad, iniciada el 3 de septiembre de 1965, producto del Acta Institucional firmadas por las partes, seria, en la palabra del Canciller del gobierno en armas Jottin Cury, ’sangrienta, pues bajo la encubridora tutela de las tropas extranjeras, y amparados tras el pretexto de rencores latentes, grupos armados al servicio de las fuerzas dominantes iniciaron una cacería despiadada, cayendo en ella centenares de combatientes constitucionalistas’.

La represión de los combatientes de Abril, la no reintegración a las fuerzas armadas de los ex-militares constitucionalistas y el exilio forzado o voluntario de una parte del mismo, mostraba la determinación norteamericana de destruir la expresión mas vibrante y combativa del pensamiento antiimperialista, propósito que en cierta forma fue facilitado por una temeraria conducta de los patriotas y revolucionarios dominicanos propia de una táctica política ofensiva, lo que no reflejaba conciencia de que la contrarrevolución se había impuesto y que tanto política como militarmente las fuerzas revolucionarias habían sido derrotadas.

Como parte de los acuerdos derivados del proceso de negociación, el gobierno de García Godoy montaría elecciones en un periodo no mayor de 9 meses. Estas elecciones ’libres y democráticas’, se realizarían bajo la presencia de las tropas invasoras, ya que, y a pesar del reclamo del Gobierno Constitucional presidido por el Coronel Camano Deno de que se retiraran antes de la instalación del Gobierno Provisional, en el Articulo 10 del Acta Institucional se estableció que, después de tomar posesión, ’ el Gobierno Provisional iniciara…negociaciones con la Décima Reunión de Consulta de Ministros de Relaciones Exteriores, sobre la forma y la fecha del retiro de la Fuerza Interamericana de Paz del territorio nacional’.

Es así como el 1ero. de julio de 1966, producto de un proceso electoral de por si mediatizado y carente de contenido democrático, resultaría electo como presidente de la República Dominicana Joaquín Balaguer, personaje que desde el golpe de estado de 1963 constituía un componente esencial en la estrategia de dominación de los Estados Unidos y en la nueva etapa histórica que le tocaría vivir a nuestro heroico pueblo.

Una de las consecuencias mas visibles y trágicas de la intervención norteamericana seria el diseño y aplicación, a través del gobierno que se inauguraba, de una estrategia de contrainsurgencia que fragmentaria y atomizaría el movimiento revolucionario dominicano. Como parte de esta estrategia, millares de dirigentes, militantes y colaboradores de la causa libertaria y emancipadora serian asesinados, decenas de miles encarcelados y torturados y centenares de deportados durante 12 anos de gobiernos ininterrumpidos de Balaguer.

En este tramo histórico de dolor, heroísmo y traición, los mecanismos de inteligencia y de asesoría militar de los EE.UU. desempeñarían un papel estelar, correspondiéndole a los aparatos represivos nacionales el deshonroso papel de verdugos y ejecutores. Serian útiles, los primeros, en el diseño de la política de división y represión del movimiento antiimperialista nacional, a la vez que determinante en el necesario y obligatorio proceso de recomposición de las Fuerzas Armadas y la Policía Nacional. Su unificación, bajo el mando norteamericano y el anticomunismo como doctrina, seria crucial para el desenvolvimiento del Estado como mecanismo de control y dominación.

Con la instauración del gobierno de Balaguer la sociedad dominicana conocería, además, de un enorme incremento en el volumen de inversión del capital extranjero, particularmente norteamericano ; un descarado saqueo de las riquezas no renovables del país y un elevado nivel de explotación de una amplia franja de su fuerza trabajadora.

La expansión que conoció el capitalismo en los anos posteriores a la Guerra de Abril y el acelerado proceso de acumulación de bienes, capitales y riquezas por los capitalistas extranjeros y la franja mas poderosa de la burguesía criolla, así como la diversificación de sus inversiones, se hizo a costa de un agravamiento en las condiciones de vida del pueblo trabajador.

De igual manera, en la invasión norteamericana y el reforzamiento de su dominio y control sobre nuestra vida política, militar, cultural y económica encontramos una razón fundamental del masivo proceso migratorio de los/as dominicanos/as hacia distintas regiones y países del mundo, particularmente hacia los Estados Unidos donde se ha establecido una comunidad que solo desde el ángulo demográfico representa una de las mas grandes minorías.

38 anos después de la invasión, la presencia de Washington en nuestra vida nacional prosigue siendo determinante. Políticamente la Embajada tiene la ultima palabra en toda situación de crisis y en materia económica seguimos sujetos a los dictámenes y orientaciones de los mecanismos financieros internacionales controlados por los EE.UU..

La historia de intervención que arrastra nuestro pueblo, con su funesta consecuencia, es una referencia a considerar al evaluar el comportamiento actual del imperio hacia Irak. En este caso mas que Saddam Hussein, en el nuestro fueron 53 supuestos comunistas, se busca controlar una nación con un inestimable recurso natural y fortalecer la presencia política-militar en una región esencial en el desenvolvimiento de la economía mundial.

Como en el ayer, EE.UU. usa el escenario particular de Irak para afirmarse en la realidad mundial como la primera e inequívoca potencia militar y proyectar, al mismo tiempo, una incuestionable voluntad de usar tal condición contra quien ose disputar su supremacía.

En República Dominicana, en el 1965, en Irak en el 2003, la formula del gobierno de transición, celebración de elecciones y escogencia libre de las nuevas autoridades, así como la retirada paulatina de la parte mas visible de las soldadesca invasoras, se repite ; farsa que al final se convertirá en tragedia.

Su imposición en el ayer y su presencia permanente, jamás suprimirán la utopía de la igualdad ni el espíritu de rebeldía frente a la injusticia.



0 comentarios: